lunes, 15 de septiembre de 2008

Época de Huracanes IV: Ike v.3

Viernes 12 de septiembre:
Conforme avanzó el día estuvimos pendientes de las noticias que repetían una y otra vez las recomendaciones de seguridad y empezaba a relatar los primeros lugares inundados. Todos los canales locales estaban transmitiendo en vivo y directo mostrando las imágenes impactantes del momento. Los reporteros estaban en Gálveston con cortavientos enfocando en detalle la subida de la marea; algunos otros se iban a las marinas o entrevistaban a los dueños de casa preguntándoles qué iban a hacer si perdían todo.

Nosotros, de este lado todavía no sentíamos ni estábamos preparados para lo que venía. Veíamos la tele, como si fueran noticias en otro estado, porque las condiciones ambientales eran ajenas a lo que sucedía a 70 o incluso 100 millas de distancia. Así fue como almorzamos relativamente tranquilos y aunque seguíamos viendo las noticias decidimos cambiar las imágenes devastadoras por una película de humor. Poco a poco fue acercándose la madrugada del sábado y sabíamos que el huracán estaba por llegar y no podíamos detenerlo.

No fue necesaria ninguna introducción, Ike apareció desde el principio con fuertes vientos silbando y rugiendo, como advirtiéndonos de su potencia y su fuerza. Las ventanas temblaban y los árboles se movían de un lado a otro rindiéndose a sus pies. El huracán estaba aquí con nosotros y a pesar de sentir su fuerza, sabíamos que no era ni la mitad de lo que realmente había pasado en nuestra área.

Una hora después la electricidad dejó de funcionar, y con ella nuestras esperanzas que la categoría no fuera tan grande. Ike no tuvo piedad con nada ni nadie. De repente se escuchaba un silbido extraño, mezclado con una especie de quejido alarmante y los árboles contestaban con sus ramas y sus hojas golpeando las ventanas. Era una pelea que escuchábamos en la oscuridad.

Poco a poco fui acostumbrándome al sonido, o quizá fue el cansancio el que ganó, porque me encontré durmiendo en fragmentos, despertándome con algún sonido extraño o fuerte. Así en menos de 5 horas los vientos cesaron y nos encontramos sin electricidad y con restos de ramas y árboles al frente de las casas.

Ike cambió su rumbo y perdió su intensidad, dejando a su paso los restos de una ciudad atropellada y en muchos casos hundida. La lluvia persistió hasta la tarde, momento en que decidimos recorrer el vecindario hacia otra casa con acceso a Internet. Así fue como vimos un poco el daño en esta área y nos preguntábamos en silencio, cómo íbamos a encontrar nuestras casas?

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Época de Huracanes III: Ike v.2


Jueves 11 de septiembre:

A las 11 am llamó mi amigo Tim, preguntándome el número de mi zipcode. Cuando le dije 77058 me dice: -tu área está sujeta a una evacuación mandataria, al igual que la mía. Nosotros vamos a irnos rumbo nor-oeste a Cypress, puedo pasar por ti en 30 minutos.
Así fue como me encontré en menos de 20 minutos empacando nuestros documentos importantes, sacando las cosas cerca de la ventana, moviendo las plantas, y subiendo algunas cosas de Sebi (como su osciloscopio) del garaje, en caso se inundara. Debido a que nuestro apartamento está en un segundo nivel, y que nuestra área no está cerca del área costera no estaba tan preocupada por los daños… pero de todas formas dejé todo desconectado y apagado en caso de altos o bajos voltajes.

En media hora empaqué tres mudadas, linternas, baterías recargables y nuestros documentos importantes. Saqué la basura, desinfecté un poco el lavadero y apagué todas las luces. Tim pasó por mí poco tiempo después y nos dirigimos a su casa (que está muy cerca de la bahía) a empacar sus cosas.

En cuatro horas ya teníamos las cosas más importantes subidas a estanterías, y empacada comida y bebidas para el viaje. Llenamos una Toyota 4 Runner en un dos por tres con computadores, alimentos, bebidas, y documentos. Originalmente habíamos pensado evacuar por la noche, para evitar el tráfico, pero luego de analizarlo y de recibir varias llamadas nos dimos cuenta que la mayoría de personas no estaba saliendo temprano, así que nos apuramos.

El trayecto no fue pesado, sino como tráfico en hora pico. Alrededor se notaba gente en autos rodantes y en pickups llevando muchas cosas. Por supuesto los supermercados, las gasolineras y las tiendas de conveniencia estaban repletos. Gente comprando agua y abarrotes de primera necesidad se abalanzaban sobre las estanterías.

Al llegar a Cypress todo estaba tranquilo y sereno, con una tranquilidad extraña, que continúa así hasta ahora. Pareciera como si el cielo se estuviera preparando para lo que viene, el sol brillara más que de costumbre, y el viento desapareciera uniendo sus fuerzas al huracán.

Hoy por la mañana empezamos a ver las noticias, que para variar son alarmantes. A veces me pregunto si lo que muestran es demasiado exagerado o si se espera realmente un desastre, porque ahora sin que el huracán llegue, ya hay calles inundadas y se empieza a ver la alta marea.

El huracán entra mañana y parece que pasó de categoría 4 a categoría 3, sin embargo se esperan mareas de 18 a 25 pies (3-4 m) en áreas como Seabrook o cerca de la bahía, pero todo es especulación. Realmente no se sabe con seguridad el trayecto o la fuerza con la que va atacar, así como puede atacar directamente, puede que antes de llegar pierda intensidad y sólo llueva con viento. Mientras tanto yo estoy “sana y salva” en el nor-oeste atenta y pendiente de las noticias…ya veremos cómo encontraré el área cuando todo esto termine.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Época de Huracanes II: Ike


El año pasado los huracanes no llegaron a Houston, quizá sentimos sólo la cola de algunos. Este año ha sido distinto, pues en menos de un mes, se han acercado ya más de 4 huracanes (incluyendo a Edouard) y todavía no termina la época.

En este momento es Ike el que todos los noticieros (y Houstonianos) observan en detalle. De hecho se interrumpe la programación en la tele conforme avanza el tiempo y se sabe qué rumbo está tomando el huracán. Hoy, por ejemplo empezaron diciendo que el huracán iba a impactar el sur de Texas, cerca de Corpus Christi, pero mientras avanza el día el y se acerca la noche el trayecto está cambiando momento a momento, poco a poco más cerca de Houston aumentando la incertidumbre.

De nuevo la Universidad cerró y de nuevo muchos negocios y empresas van a detener sus actividades a partir de mañana. Ha habido varias declaraciones de prensa donde poco a poco personas de los condados aledaños a Houston están obligadas a evacuar, otras pueden evacuar de forma voluntaria (sujeto a la propia discración). Las fotos de los periódicos y noticieros muestran las autopistas empezándose a llenar, personas llegando aceleradamente en el supermercado vaciando los pasillos comprando aguas y alimentos no perecederos, o buses con pasajeros cargando equipaje pesado, también listos para salir.

Yo aquí ya empecé a tomar precauciones, cargué las baterías recargables, verifiqué los documentos importantes, moví algunos objetos cercanos a la ventana que pueden dañarse (como el telescopio) y estoy guardando la calma, tratándome de no dejarme llevar por el alarmismo de los noticieros.

Sebastián está viajando en este preciso momento rumbo a Santiago de Chile, lo que significa que tendré que "disfrutar" de este huracán sin su compañía, pero gracias a que hemos hechos muy buenos amigos, de todas formas voy a pasar el fin de semana acompañada. Mañana por la tarde dejaré el apartamento y me juntaré con ellos en una casa un poco más al norte. Aunque la ubicación exacta de donde estaré no es tan relevante, pues a la hora de la hora el huracán puede cambiar su rumbo.

Me parece interesante cómo está sucediendo todo esto. Así como puede ser una simple tormenta, puede llegar a ser un huracán clase 3 causando inundaciones, apagones y demás estragos. Todos, incluyéndome, estamos tomando las precauciones debidas para la llegada de Ike, ahora queda saber qué sucederá con su rumbo

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