viernes, 13 de marzo de 2009

Los vecinos

Hemos comprobado en otras ocasiones que los vecinos son esenciales para formar un ambiente agradable a nuestro alrededor. Actualmente, vivimos en un complejo de apartamentos en donde el promedio de inquilinos se queda 1 año o menos y así es como hemos conocido a muchas personas y estilos de vida.

Nuestras experiencias con los vecinos han sido tantas, que decidí hacer un post para contar algunas historias, incluyendo la de anoche (que finalizó a las 12am).

Una de las primeras anécdotas que viene a mi mente, pasó hace año y medio cuando cocinábamos empanadas chilenas para llevar a una reunión al día siguiente. Empezamos la noche antes para ahorrarnos tiempo. Cuando cocinábamos las cebollas para preparar la carne (5 cebollas para ser exacta) se apagó la luz sólo en nuestro apartamento. Aquí en Estados Unidos es muy extraño que esto suceda y luego de pasar por las preguntas respectivas (pagamos tarde? hay sobrecarga? hubo daño en todo el complejo o sólo aquí?) Sebas salió con una linterna a verificar el contador general. La sorpresa llegó cuando vimos a nuestro vecino de enfrente desconectándonos el contador (acto penado por la ley) "por error", pues por falta de pago a él le habían desconectado la electricidad y estaba "intentando" reconectársela él mismo sin pagar la multa respectiva y desconectándonos a nosotros la electricidad en el intento. Fue una noche larga, pues luego de llamar a la compañía eléctrica (y arriesgar una multa), volvimos al apartamento que olió a cebolla durante una semana.

Otra anécdota sucedió mucho después, cuando nos dimos cuenta que nuestros vecinos dejaban su basura por la noche (en vez de hacerlo en la mañana, como está indicado) provocando que toda la calle y parte de la acera amaneciera llena de basura, pues los mapaches y algunos gatos llegaban por la noche atraídos por el olor, a buscar comida o simplemente a cureosear. El colmo fue una vez que no sólo la calle era un desastre, sino que usaron un pequeño jardín y un árbol como parte de su "basurero", cosa que por supuesto no nos agradó y que hizo a Sebas protestar poniendo un letrero y a mí quejarme con la Administración. En realidad lo que más me molestó (dejando a un lado la falta de respeto hacia la naturaleza) fue la poca consideración con las personas de mantenimiento, que tienen que tomarse tiempo de más para limpiar (incluso a veces con cloro) los restos de basura orgánica que dejan atrás estas personas, cuando todos deberíamos ser responsables de cada uno de nuestros actos, sean cuales sean.

Así es como hemos pasado por muchas experiencias con nuestros vecinos. Hemos tenido vecinos de todos tipos, desde vecinos que dejan en la "basura" televisores LCD nuevos de 21" o libros carísimos, hasta vecinos que dejan colillas de cigarros y latas de cerveza en las calles cual basurero clandestino. Por supuesto, no todo ha sido negativo, también hemos tenido muy buenos vecinos, de los que muchas veces hemos dependido en ocasiones de emergencia, o simplemente para juntarnos los viernes por las noches a conversar o jugar algún juego de mesa o cenar. Ahora está iniciando otra de las etapas donde estamos cambiando de vecinos, y pronto tendremos más historias qué contar, lo que me lleva a la historia de anoche.

Desde hace cinco días nos dimos cuenta que a las 11:30pm (y durante una hora exacta) nuestro vecino de al lado ponía música a un volumen suficientemente alto como para molestar nuestro sueño (o intento de sueño). El primer día pensamos que estaba celebrando algo, y lo dejamos pasar. El segundo, estábamos despiertos, así que no nos molestaron las canciones. Para entrar en contexto, tengo que mencionar que nuestro nuevo vecino es originario de la India, así que sus canciones no sólo nos eran completamente ajenas para nosotros, sino hasta cierto punto distantes y desagradables.

Cuando llegó el tercer día, nos dimos cuenta que si no hacíamos algo íbamos a escuchar una hora de música Hindi todas las noches; así que luego de tocar la pared varias veces (y en vano) Sebastián decidió ir a tocar su puerta y pedirle que le bajase volumen. Yo me quedé en la habitación escuchando de este lado cómo el volumen disminuía por completo, pero a la vuelta Sebas me contó que nuestro vecino no abrió la puerta, así que no supimos si la llamada de atención había sido escuchada o no sino hasta la noche siguiente.

Esta era la quinta noche sin dormir temprano y escuchando música Hindi (a las 11:45pm) decidimos ir a tocar (esta vez ambos) la puerta. Vimos asomarse una silueta tímida y asustadiza que, sorprendido de nuestra petición (de bajar volumen la música) dijo un simple "está bien, la apagaré" y cerró la puerta, acatando la orden cual soldado en escuadrón. La verdad, no fuimos pesados, y nuestra intención nunca fue la de pedirle que "dejara de escuchar" la música, sino pedíamos que le redujese el volumen. De cualquier forma la música desapareció por completo.

No sé qué mpresión se habrá llevado de nosotros, y tampoco sé cómo irá a ser nuestra futura relación con él o con los futuros vecinos por llegar. Viviendo en un país con tanta diversidad cultural es inevitable encontrarse con distintos estilos de vida, lo que también hace de esta experiencia algo enriquecedor. Yo solo espero poder seguir conociendo gente de distintas culturas, pues siempre se aprende algo nuevo.