jueves, 5 de julio de 2012

Respirando Montañas



Este fin de semana tuvimos la oportunidad de conocer un poco de Colorado.  La experiencia en sí fue maravillosa.  Siempre nos quedamos con ganas de conocer más, de recorrer más, y de aprovechar más.  De lo que ambos estamos seguros, es que ésta no la última visita al Parque Nacional de las Montañas Rocosas (Rocky Mountains National Park) o nuestra única visita a Colorado. Vamos (tenemos que) volver.

Tanto Sebas como yo extrañamos nuestras montañas.  Ambos crecimos con climas distintos, pero siempre en el paisaje estaban las montañas o los volcanes, en mi caso.  El poder mirar hacia el Oeste y observar algo tan bello, es una experiencia entre nostálgica y hermosa. 

Decidimos recorrer lo más posible con el poco tiempo que tuvimos.  La ventaja, es que el parque está accesible por auto, e incluso hay transporte gratis desde los centros de información para aquellos que desean caminar por los senderos sin llevar el carro.  Nosotros íbamos preparados para recorrer y caminar.

Manejamos alrededor de varias montañas hasta llegar a sus miradores.  Estuvimos muchas veces a 4,000 metros de altura observando la naturaleza y respirando los colores del lugar.  Una mezcla entre árido y verde; entre cálido y seco.  Un viento helado corriendo desde el sur este que refrescaba el paisaje de verano.  Estuvimos muy cerca de dos glaciares y pudimos tocar la nieve de lo que restaba de un cono glacial.

Lamentablemente, el cambio climático ha afectado muchisísimo la región.  Vimos cómo los pinos enrojecían sus troncos por el estress de la sobrepoblación del escarabajo de pino, quien se aprovecha de los días inusualmente cálidos para reproducirse sin cesar.  Al mismo tiempo, pudimos conocer un poco de la historia del parque y nos llenamos de esperanza al darnos cuenta que hubo lugares en que estuvieron deforestados por la tala sin control y poco a poco el parque se ha ido recuperando, incluso a pesar de los fuegos que constantemente lo afectan.

Caminamos muchísimo y si nos hubiera dado el tiempo y las fuerzas, habríamos caminado más.



El paisaje sobrecogedor invita a disfrutar de sus montañas imponentes, del murmullo del viento, del canto de los pájaros y de la compañía mutua.  Esperemos pronto poder volver.




Mudanzas...(II)

Hemos estado en el mismo complejo de apartamentos desde que llegamos a Houston.  Ahora se acerca una nueva etapa:  es tiempo de mudarnos a una casa.
Creo que la principal razón por la que no nos hemos mudado antes es simple: estar en el status quo es lo más cómodo del mundo. 

Sin embargo, Estados Unidos es un país muy adaptable a los cambios.  Las personas van y vuelven con tanta normalidad como los trenes en una Estación Central.  No hemos conocido a nadie que haya permanecido en su casa por más de 15 años.  Por esa razón, siempre hay historias de "cuando vivimos en el otro lado de la ciudad", o "cuando nos enviaron a otro Estado a trabajar". Historias de mudanzas van y vienen en el hablar cotidiano.  Los estadounidenses se preparan desde niños para mudarse, cuando lo hicieron sus padres.  Recuerdo perfectamente hace 3 años cuando nos mudábamos de un apartamento a otro y Tim, Vivian y Hillary nos ayudaron con sus pickups, su fuerza, su experiencia y por supuesto, su amistad. De no haber sido por ellos no habríamos podido terminar a tiempo.  Esta vez va a ser un poco distinto, porque vamos a aprender de las experiencias pasadas.  Darnos tiempo para empacar.

Como en aquella ocasión, esta vez hacemos un recuento de todo lo que hemos acumulado, y aprovechamos a deshacernos de las cosas innecesarias.

No hemos empezado aún el proceso completo, pero por lo menos estamos más cerca cada día.  Dentro de poco, se guardarán nuestras pertenencias dentro de cajas para ser llevadas y acomodadas a un nuevo lugar.

Empezar con tiempo es la clave para una mudanza sin problemas.  Esperemos poder lograrlo sin mayores percances.