
Los propósitos del año van cambiando con las épocas, pero en general son los mismos de siempre: leer más, saber más, ejercitar más, conocer más... en fin, vivir más.
Cada año que pasa me doy cuenta que he aprendido algo nuevo, y que nunca se deja de crecer ni madurar. Es reconfortante darme cuenta que los años no pasan en vano y que hay un momento para cada cosa.
No sé qué será de este año, qué novedades traerá o qué desafíos se presenten. Lo único que sé es que estaré preparada con toda la energía posible.