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Ahora casada con Sebastián, que desde los cinco años ha experimentado con los dispositivos y circuitos electrónicos me es imposible no volver a recordar aquellas cátedras. Mi resistencia a aprender de elctrónica poco a poco se ha ido diluyendo. A veces lo veo en su taller creando e inventando nuevas cosas y me llama la atención su pasión por la electrónica. Bromeo diciéndole que puede ver un circuito y sin desarmarlo saber inmediatamente qué está ocurriendo o cómo repararlo.
Así es como tímidamente me he interesado por la electrónica. Tenemos varios libros para "aprendices" que enseñan las bases para armar los circuitos y espero algún día poder entenderlos y quizá apreciarlos aplicando los conceptos. Lo bueno es que con Seba como instructor puedo tener tutoría personalizada.
Ayer fue mi primer intento en armar un circuito, algo que nunca me imaginé podía ocurrir. Aquí en Houston hay una tienda que motiva a los niños a aprender de electrónica con kits pre-armados de circuitos sencillos. Seba compró uno ayer y yo decidí armarlo. Mi sorpresa fue darme cuenta que es algo relajante. Es un trabajo minucioso y detallado, pues los circuitos son pequeños y para soldarlos hay que tener cuidado. Sin embargo, el estar allí entre los dispositivos, soldando partes pequeñas es algo que a la larga es satisfactorio y tranquilizante. Yo le agregaría música al hacerlo, pues mi mente se relajaría aún más así.
Lo interesante fue que me permitió entender por qué Sebas puede pasar horas haciendo algo tan pequeño, sin importar si es de día o de noche si hay que comer o si hace calor. Sobretodo conociendo más sobre las funciones de cada componente, es como estar en un mundo distinto, como estar en un ecosistema rico en vida electrónica con el que se pueden hacer grandes cosas pero del que depende de cada una de las partes para vivir como tal.
Me gustó entrar un segundo a ese mundo distinto y seguramente volveré más adelante. Llevada de la mano de mi maestro personal quien me enseña cariñosamente una de sus mayores pasiones. Sé que poco a poco le perderé el miedo a lo desconocido y podré entender un poco más este nuevo mundo, quizá hasta aprenderé a hablar el mismo idioma, sería fantástico, no?