Desde el 24 de abril que no esscribía nada por aquí, y es que el tiempo se me ha pasado volando. Hace ya casi un mes empecé a trabajar y por supuesto los cambios en la rutina diaria llegaron junto con el trabajo, dejando espacios más cortos en donde puedo escribir y plasmar lo que pienso o lo que nos sucede por estos rumbos
Voy a proponerme hacer un espacio para escribir unas líneas cada sábado. Quizá lo logre.
Empezar un nuevo trabajo siempre me ha parecido emocionante. Nuevas personas, nuevos desafíos, nuevos ritmos, nuevo todo... Ésta vez, empezándolo en Houston es aún más notorio el cambio, no sólo por la diferencia en el idioma sino en sí el estar en otro país e iniciar vida laboral es definitivamente algo nuevo.
Sin embargo, con mi poca experiencia laboral he creado una hipótesis que dice que los trabajos se parecen sea el país que sea. No me refiero al tipo de trabajo, sino al ambiente laboral. Siempre va a haber personas más sociables o menos sociables; personas dispuestas a ayudar, o centradas completamente en lo suyo; jefes exigentes o jefes permisivos. Quizá las exigencias para producir a veces varían, pero no radicalmente.
A la larga siempre van a suceder situaciones similares y es hasta cómico darse cuenta que los mismos problemas se pueden generar en distintos países con distintas culturas.
Apenas llevo un mes trabajando, así que no he podido sumergirme en la política de mi nueva compañía; pero me resulta reconfortante darme cuenta que a la larga todos somos parecidos.
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