El crawfish es un crustáceo de agua dulce, podría decirse que es un pariente cercano de la langosta. Se asemeja en apariencia, aunque más pequeño y muchísimo más accesible en el precio. Es uno de los platos típicos de Luisiana, pues es allí donde viene el 98% de los consumidos en Estados Unidos.
Aquí se ha popularizado en restaurantes y festivales hacer ollas gigantes de crawfish hervido, para luego venderlo o servirlo por libra, acompañado de elote y papa, con un sazón cajún picante. Los sirven con un rollo de servilletas grandes de papel, pues el procedimiento para comerlos "debe" hacerse con las manos (por supuesto que hay tenazas especiales y otros instrumentos, pero la mayoría de la gente se los come con las manos).
La primera vez que vi las libras de crawfish servidas me dio un poco de pena por los pobres animales, porque los meten vivos a las ollas de agua hirviendo y los sirven enteros para que uno los pele y se los coma. Humanos asesinos, decía mientras veía a todos comiendo. Luego me tocó a mí y para tener una opinión "más objetiva" los probé.
El procedimiento para comer crawfish es el siguiente:
1) Se recomienda ponerse una protección para la ropa, pues al comerlo puede salpicar (es decir usar un babero)
2) Tomar el crawfish con una mano y con la otra quitar la cola (es decir arrancarle la cabeza al animal, dejarla por ahí y quedarse con la cola... es un poco salvaje este proceso)
3) Tomar la cola y pelarla (o luchar, pinchándose los dedos mientras se quitan las patas y la cola del animal). Ahora, muchas personas "expertas" lo que hacen es comer directamente desde la cola lo de adentro, empujando con el dedo hacia afuera para extraer todo el contenido.
Yo mientras hacía todo esto me repetía "ya están muertos, ya están muertos, ya están muertos" porque sentía que los estaba matando salvajemente. Después de comerlo incluso, me daba cargo de conciencia que me gustara el sabor. Al cabo de unos minutos, el cargo de conciencia desapareció y le empecé a "tomar gusto".
El sabor que tienen es entre langosta, cangrejo y camarón y están sazonados con un picante agradable. Saben bien, aunque yo preferiría que me los vendan ya pelados para no tener que sentirme como una asesina.
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