Eran las 12 de la noche y yo intentaba dormir, de repente escuché a lo lejos unos grillos y me sentí en casa. Aquí ha habido bastante frío lo que ha silenciado a los grillos, aunque en general, es raro que escuche grillos por la noche, así que fue una sorpresa escucharlos.
Es raro cómo hay sonidos que nos traen recuerdos, y nos transportan a otros lugares. Yo no me había dado cuenta que los grillos me relajaban, pues me dormí instantáneamente al escucharlos.
En Guate se escuchan grillos en muchos lugares y recuerdo muchas veces dormirme con ese sonido. Anoche dormí bien. Puede ser que estuviera cansada, o que llevaba varias noches durmiendo interrumpidamente, o puede ser que los grillos me ayudaron, no lo sé. Lo que sé es que sonreí mientras escuchaba y dormí mientras sonreía.
1 comentario:
A mí también me relajan los grillos y las chicharras. Estas últimas quizá porque las asocio también al sonido de las olas del mar. Las pocas veces que he dormido en la costa recuerdo haber escuchado la mezcla de este par de sonidos y en mi mente son sinónimo de relax. Precisamente este viernes hicimos lo que nos encanta hacer a Dani y a mi: Take away food + movie. Como siempre, tenemos muy mala suerte con las películas del Blockbuster y a mitad de la peli nos quedamos dormidos, hasta que un sonido de aleteos y chasquidos me despertó. Era un grillo colándose por la persiana. El amable bicho nos deleitó con su sonido y seguimos durmiendo hasta el amanecer.
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