El sábado por la tarde, empecé a sentirme desganada, con angustia y con sueño. Me dieron ganas de lanzarme a la cama a las 3pm, cosa inusual en mí. Para mantenerme despierta y resisitirme a la tentación de dormir, me puse a la tarea de la limpieza general del apartamento... craso error. Dos horas después, (ahora sintiéndome igual de mal, pero agotada) cuando realmente me dí cuenta que la temperatura había subido 5ºC (de 26 a 31ºC) y que el aire acondicionado no estaba funcionando, ya estaba exhausta de calor y era demasiado tarde. La Administración del complejo de apartamento estaba cerrada.
Cuando Sebastián entró al apartamento, era evidente que se nos había arruinado el aire acondicioado y la temperatura de la tarde se había propagado desde las ventanas hacia los espacios del apartamento, cual horno de convección. Poco a poco, el calor iba aumentando y nosotros con dos ventiladores circulábamos el aire en la habitación para eliminar el aire caliente y quizá refrescar un poco los ambientes. Procedimiento que funcionó, pero no lo suficiente.
Esa noche, por supuesto, no podíamos dormir. Entre el ruido del ventilador y el calor húmedo que nos rodeaba, fue como dormir en la costa (de Guatemala). A pesar de todo, nos resistíamos a creer que el aire acondicionado era tan importante en nuestras vidas.
Al día siguiente, nos despertamos por suerte con una mañana más fresca (27º), porque el "otoño" estaba acercándose. Esperamos a que diera la 1pm (hora en que abrían la admnistración) y fuimos a pedir que nos arreglaran el aire. Aquí es una de las prioridades a arreglar, así que por la noche, cuando volvimos, el apartamento estaba fresco de nuevo....habían llenado las cañerías con refrigerante (freón R22, que por cierto, destruye la capa de ozono).
Poco nos logró la alegría de sentirnos a 25º artificialmente, porque por la noche se sentía el mismo fenómeno, el aire acondicionado perdía su fuerza y claro empezamos una investigación, porque indudablemente, HABÍA UNA FUGA.
Sebastián se dio a la tarea de desarmar una pared del closet que colinda con el "evaporador" de nuestro aire acondicionado y con un grito me dijo: ¡¡¡Ven a ver esto!!!!
Así fue como vimos cómo fugaba el refrigerante, que por supuesto, escapaba a su libertad, en vez de llegar a su destino a enfriarnos.
Desde unos meses atrás, habíamos visto que la cuenta de electricidad iba aumentando a pesar de tomar precauciones necesarias, (entiéndase "subir" el A/C y pasar un poquito más de calor) y por supuesto, allí estaba la explicación. Nuestra cuenta de luz fugaba por un tubito del "evaporador" a una velocidad increíble. Debido a la fuga el aire acondicionado permanecía funcionando más de lo debido, causándonos una fuga de dinero en nuestro presupuesto.
(Que Sebastián explica a continuación con la siguiente ecuación):
Fuga de R22 = fuga de US $$$
Le tomamos video para estar seguros (y tener evidencia en caso no nos creyeran en la administración). No lo podíamos creer!
Por supuesto, para el martes por la tarde, por fin habían cambiado el evaporador y pudimos volver a la normalidad. Pasamos 3 días sin aire acondicionado y la incomodidad fue notable. Yo no podía creer que nos hayamos vuelto "aireacondiconado-dependientes". Igual, no es que lo usemos al mismo nivel que los estadounidenses, pero si, tristemente en Houston, ES necesario.
Nota histórica del Seba: Hasta los años ´60, las empresas solían pagar un "premium" en los sueldos de las personas que venían a trabajar a Houston, para compensar la incomodidad del calor. [referencia ausente]
2 comentarios:
A esta fuga se le podría titular:
"Fuga en A/C (R22) Mayor, Op.2"
Lamento el desperfecto, y el gasto excesivo que implica, pero no se puede negar que el sonido que produce es muy divertido.
Me gustó esta narración de eventos cotidianos con su perspectiva particular, Anabea.
Saludos,
Peto
si, es cierto, es divertido.
Gracias por el comentario
Anabea
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