En estos tres años me ha tocado que observar muchos contrastes en estilos de vida de las persons. En Guatemala por ejemplo, la gente reusa los recursos no por conciencia ecológica, sino porque siempre hay alguien más necesitado que puede vivir con lo que otra persona deshecha. Nunca he visto yo que alguien "tire a la basura" un televisor, o un monitor de computador, mucho menos sillas de bebés, carruajes o muebles de sala. Usualmente hay personas que están más que dispuestas a reusar esos recursos, y se mantiene un equilibrio, digamos dinámico en ese sentido.
Contrariamente en Houston se vive un ambiente de vastedad exagerada, como si hubieran recursos infinitos y todos tenemos el "derecho" de usarlos desmesuradamente. Yo creo que he visto desde zapatos nuevos, hasta muebles de cocina, pasando por televisores, carruajes, refrigeradoras, y libros en la basura. Igual a veces hay gente que los "reusa", pero no a la velocidad con la que se deshechan.
Los desechos sólidos son otra categoría. La gente consume algo, lo deja en el refrigerador, y luego de una semana, si no está consumido, se tira al basurero. Incluso nosotros (por dejadez) hemos botado residuos sólidos con todo y el contenedor plástico, para evitar que esporas micóticas invadan el apartamento. Pero el consumo de bienes comestibles aquí es exagerado, y los desechos se depositan completamente revueltos sin reciclar.
Una de las cosas que más me llamaron la atención de Austria es el hecho de ver una sociedad que vive sustetnablemente. Todas las personas reciclan. El papel, el aluminio, el plástico, las baterías incluso las cenizas de la chimenea tienen un destino asignado en el reciclaje. En las calles se observan basureros con tres colores, para que las personas si están consumiendo una botella plástica, la dejen en el basurero adecuado y de la misma forma lo hagan con aluminio u orgánicos.
La gente prefiere caminar o usar el transporte público antes de usar el auto. Por supuesto el hecho que la gasolina cueste $8.00 el galón es otro gran incentivo, pero en general la ciudad está diseñada para andar en bicicleta. En Graz, por ejemplo, hay grandes estacionamientos para las bicicletas, y espacios en los buses y transvías para ellas. De hecho, hay tanta gente en bicicleta que en Viena la gente paga medio pasaje por la bicicleta en el metro. Me pareció fascinante.
Al mismo tiempo, manejar por las carreteras y darme cuenta que cualquier casa tiene páneles solares o un molino de viento cerca es reconfortante. Ver que en las cafeterías usan tazas cerámicas en vez de deshechables, o que en
Al ver una sociedad como la de Austria, donde consumen moderadamente, y viven sustentablemente me da esperanzas, que el mundo algún día llegue a balancearse y no exista tanta diferencia. Me encantó darme cuenta que con educación y disciplina, un país puede vivir utilizando los recursos adecuandamente. Ojalá los demás países emulemos este ejemplo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario