sábado, 19 de diciembre de 2009

Sin maletas (Austra P.2)

Llegamos a París luego de un viaje de 9 horas. Yo, para variar dormí muy poco. Niños llorando, turbulencias en el aire y mi incapacidad para dormir sentada me lo impidieron. Teníamos una hora y treinta minutos para hacer la conexión y pasar por aduana y creímos que era suficiente.

En la aduana ningún problema, después de hacer la cola respectiva, la oficial nos atendió, nos selló el pasaporte dijo "merci" y listo. Ninguna pregunta, nada de toma de huellas, o fotos, o direcciones o contactos, nada. Fue un alivio comparado con la experiencia estadounidense.

Luego, Sebas se preguntaba si el atraso en vuelo iba a repercutir en nuestro equipaje. Teníamos una hora para hacer la conexión y algo nos dijo que bajáramos a revisar el equipaje a la banda transportadora para cerciorarnos que las maletas las habían enviado hacia Austria (como nos habían dicho una y otra vez) y no directo en París. Cuando estábamos frente a la banda número cinco avisaron por altoparlante que las maletas llegaban retrasadas 30 minutos debido a la tormenta de nieve. Mala señal.

Como no sabíamos en dónde quedaba la terminal 2 o cuánto tiempo nos demorábamos en llegar hasta allá decidimos (aunque Sebas no muy convencido) a no cerciorarnos de nada sino salir en búsqueda de la terminal 2. Luego de preguntar y tomar el tren, llegamos al ala de Air France que nos decía que el vuelo lo iban a retrasar 1 hora debido a la nieve.

Hay que admitir que el vuelo estuvo fantástico! Incluso en un vuelo de 2 horas nos dieron un almuerzo de pasta con salmón, pan baguette, ensalada y un postre de manzana. Té o café más una bebida. Yo al estar acostumbrada a las aerolíneas estadounidenses que cada vez dan menos alimentos en los vuelos, lo encontré increíble. El aterrizaje excelente. Desde el cielo veíamos los alpes nevados y las casas de madera como un cuento de hadas.

Al bajar del avión y esperar las maletas, no nos sorprendimos cuando después de esperar media hora las maletas no aparecían. Frustrados nos dirigimos (junto a 15 personas más del mismo vuelo) a la oficina del aeropuerto austriaco a reportar el extravío. Nos atendieron muy amablemente entregándonos unos "kits" con utensilios de primera necesidad y una promesa de que las maletas llegarían "pronto", pero no tenían idea dónde se encontraban.

Desmotivados salíamos del área internacional con lo puesto y un equpaje de mano con abrigos, gorros y guantes, pues sabíamos que la temperatura en Vienna iba a estar a -14ºC. Avanzamos a la puerta de salida y nos encontramos con Nico y Berni, quienes nos recibían con una sonrisa y muchos abrazos. Por un momento las maletas se nos olvidaron y empezamos una nueva aventura.

Emocionados caminamos hacia el auto que Berni manejaba para llevarnos a Leoben, una ciudad a 170km de Vienna. Sin maletas ni ropa qué ponernos salimos del aeropuerto, aunque ambos teníamos en mente una sóla cosa: disfrutar al máximo este viaje!

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1 comentario:

Patty dijo...

Para mí hubo un viaje inolvidable: Barcelona-Milán-París-Miami-Guatemala. A pesar de tantas escalas, la atención de las aerolíneas de Alitalia y Air France fueron inolvidables. En Air France me acuerdo de una carne con champiñones que probé que parecía de restaurante. Me dieron 1/2 botella de vino para acompañar y me dieron a elegir el baguette: blanco, integral o con especias. Wow! Mis respetos para Air France. Aparte, no sé si fue mi imaginación, pero hasta los asientos parecen más anchos y hay más espacio entre filas.

Como diría mi amiga la Coni "Top, top... se pasó"