domingo, 12 de septiembre de 2010

Big Bend National Park: "El Plan" (Día #1)

Podría decirse que nos motivamos hace un mes, cuando fuimos a una reunion con gente del Armand Bayou Nature Center y mostraron fotos del lugar. Sabíamos que era un parque al que realmente queríamos ir, pero por alguna razón siempre postergábamos el viaje.

El domingo conversábamos de lo interesante que sería conocerlo, y hablábamos de cómo sería la aventura de viajar hasta allá. De repente nos decidimos: partiríamos el viernes.

Normalmente habríamos planeado este viaje con más antelación, haciendo un estudio preliminar de las áreas a visitar el lugar para acampar, incluso, investigando un poco sobre su historia y geología, pero no daba tiempo para tanto, así que trazamos un pequeño plan que intentaríamos cumplir fielmente:

- Salir de Houston el viernes por la tarde a las 12:30 pm.

- Llegar a Fort Stockton a las 10:00 pm.

- Dormir en Fort Stockton en un Hotel cercano.

- Partir después de desayuno al parque.

- Acampar en el parque el día sábado y domingo (o de no haber lugar, alojar en las cabañas dentro del parque).

- Partir hacia Houston lunes, después de desayuno.

- Llegar a Houston a las 7:00 pm, luego de 11 horas de manejo.

- Pasarla super bien y disfrutar del lugar.

El plan estaba trazado, faltaban los detalles como pedir permiso en el trabajo, hacer una lista de pendientes incluyendo implementos para acampar o caminar que nos hicieran falta; resersvar en el Hotel en Fort Stockton y revisar la condición del auto.

En tres días tendríamos que empacar y verificar que no nos hiciera falta nada. Los días pasaban volando y a como podíamos íbamos llenando los últimos detalles. La idea era dejar todo listo el día jueves, para poder salir el viernes lo antes posible, y llegar a Fort Stockton sin problemas. Por ser un fin de semana largo, esperábamos retrasos y colas, así que el jueves nos dormimos de madrugada empacando y verificando varias veces que lleváramos todo, incluyendo pasaporte. Com el parque está aledaño a México, a la salida del parque hay un control fronterizo, donde hay que mostrar el pasaporte y cualquier otro documento que pidan los oficiales para demostrar estancia legal en los Estados Unidos.

El viernes llegó super rápido y el viaje empezaría pronto. Entre almorzar, empacar las últimas cosas y meter todo al auto se nos fueron 2 horas y salimos finalmente a las 2:15 pm. Esperábamos estar en Fort Stockton 8 o 9 horas después. Jill (nuestra voz del GPS) nos iba indicando por dónde irnos, y "Google Maps" nos desviaba hacia una autopista pagada, pues en las demás se esperaba tráfico pesado, así que les hicimos caso.

Con tanta tecnología era casi imposible perdernos (o eso creíamos). Justo llegando a San Antonio la voz y la pantalla de “Jill” se apagaba, dejándonos a “ciegas” a medio camino. Sabíamos que teníamos que tomoar la autopista I-10, pero luego de eso no sabíamos nada más. Nos sentimos demasiado dependientes del GPS. En otras ocasiones habríamos ido con mapa y de antemano sabríamos qué salida tomar. Ahora, dependíamos de Jill para que nos indicara el camino y gracias a su ausencia nos vimos obligados a detenernos en un estacionamiento para tartar de revivirla . Lo intentamos varias veces hasta que por fin encendió la pantalla y nos indicaba la ruta a seguir.

El nuevo camino nos llevó a atravesar San Antonio, encontrándonos con el tráfico de salida a las 6pm. No tuvimos otra opción más que resignarnos y esperar. Este pequeño desvío nos costó una hora. Lo bueno fue que al salir de San Antonio y llegar a Kerrville nos dimos cuenta que la velocidad máxima aumentaba a 80millas por hora (130km/h) mientras durase el día, es decir en dos horas más. Aprovechamos la oportunidad para "correr" legalmente y no llegar tan atrasados a Fort Stockton.

El sol se ponía frente a nosotros, mientras lo observábamos esconderse y nos despedíamos de la alta velocidad disminuyendo ahora a 65 millas por hora (105 km/h). Jill nos indicaba que llegaríamos a Fort Stockton a las 11:15pm y el tiempo parecía estirarse. Ambos estábamos cansados y queríamos llegar pronto. De repente un vistazo al cielo nos llenó de emoción. Las estrellas brillaban como nunca. El cielo despejado y la falta de contaminación lumnínica dejaban ver estrellas que normalmente se esconden y la Vía Láctea que pocas veces hemos visto desde que estamos aquí. Pensamos por unos instantes detenernos en una zona de descanso para sacar los binoculares de alto alcance y observar ese cielo impresionante. Sin embargo, decidimos avanzar hacia el Hotel, con la esperanza de ver el cielo así de despejado al día siguiente en el parque.

Dos horas más tarde llegábamos a Fort Stockton y entrábamos al Hotel. Nos recibía un chico desvelado desde el mostrador, y nos invitaba a nuestra pieza. Al entrar nos encontramos con un cuarto espacioso, con el baño nítido y una cama firme que nos daba la bienvenida con los brazos abiertos y nosotros caímos rendidos ante tal panorama, quedando a merced de Morfeo hasta la madrugada siguiente, donde realmente empezaría la aventura.

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