martes, 18 de marzo de 2008

State Sale

El concepto de un "state sale" no lo había entendido hasta este fin de semana. Es muy común que se hagan ventas de garage o "garage sales" para deshacerse de algunas cosas que han estado guardadas por mucho tiempo y que les pueden servir a otras personas. El state sale, también conocido como "moving sale" es un fenómeno al que nunca habíamos visto hasta este sábado.

El que realmente vio cómo funciona fue el Seba. Manejaba mientras se encontró un rótulo que decía "state sale". Luego de analizarlo un poco, decidió entrar para saciar su curiosidad. Le bastaron pocos minutos para darse cuenta que prácticamente todo lo que estaba en esa casa lo vendían a precio simbólico. Desde cristalería fina, electrodomésticos, muebles, antigüedades, cuadros, teléfonos, aparatos eléctricos... todo: vendían la casa entera.

Este evento se hace cuando una persona se muda de casa y no puede llevarse todo lo acumulado durante años, o cuando el dueño de una casa fallece y sus pertenencias son repartidas de esa forma. Otras veces se hace cuando una pareja se divorcia y no se pueden poner de acuerdo en quién se queda con qué.

Sea como fuere, Seba encontró una casa llena de vida y recuerdos de las personas que vivieron allí. Se llevó también varias sorpresas al observar entre la venta, equipo de buceo, de ski, libros de reingeniería, edredones antiguos y una casa desmoronando sus recuerdos entre cada uno de los visitantes.

Nosotros también nos quedamos con un pedacito de la casa. Sorprendententemente el dueño era un aficionado a los fenómenos ópticos (como Sebastián) y tenía varias curiosidades. Había construido tres bases para telescopios, incluyendo una con motores sincrónicos para simular el movimiento de la tierra y de esa forma, mantener el telescopio con mira directa en la estrella u objeto observado. Habían por lo menos 3 lentes de Barlow y más de 25 filtros ópticos, junto con un telescopio pequeño que seguramente le servía de apuntador. Encontró también un espejo hecho por el dueño con una distancia focal f/10 (lo que significa muchísimas horas de trabajo invertidas), y por si fuera poco, encontró una montura ecuatorial, que permite mover el telescopio con ángulos y latitudes para encontrar las estrellas fácilmente.

Sebas siguió el rótulo y como un pirata que encuentra un valioso mapa, la dirección lo llevó a encontrarse un gran tesoro óptico. Cuando preguntó sorprendido cuánto costaba todo eso, empezando por la montura ecuatorial, la persona que atendía le dijo que se lo llevara todo por $15. Más que un regalo. Habían muchísimos años de trabajo y de esfuerzo invertidos. Había una afición entera de más de 30 años que sin querer se nos fue heredada por mínimos $15. El dueño había etiquetado cuidadosamente sus objetos con precios simbólicos, pero que en conjunto quizá llegaba a los $250. Seguramente era el final de la venta y decidieron "regalarle" los objetos a Seba para evitar dejarlos en la basura.

No sabemos quién es el dueño, pero por lo que cuenta Sebastián, su casa estaba llena de aventuras y conocimiento. Yo me pregunto qué le habría pasado para dejar tantas cosas atrás, me hubiera gustado conocerle o conversar con él, para saber un poco más de la historia de estos objetos. No sé si yo podría regalar así por así mis cosas. Quizá las hubiera donado a una universidad en Guatemala, o a un centro educativo para que se multiplique el conocimiento.

Estaremos pendientes de otra venta como esta, incluso si no encontramos nada para nosotros, siempre es interesante darse cuenta de todas las cosas que acumulamos durante la vida. Sin querer, este señor nos heredó su esfuerzo y conocimiento. Ahora nos toca a nosotros continuar su trabajo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

A veces pienso que existen ciertos objetos que no nos encontramos por casualidad, sino que ellos llegan a nosotros porque los necesitamos o porque nos llenan en cierta forma. Me gusta la frase de una canción de U2: 'what you don't have, you don't need now'... yo le añado: but what you somehow need finds its own way to you. Seba recibió un gran regalo de una persona generosa que seguramente ya se ha quedado en el pasado. Què dicha que tengamos anècdotas como esas para compartir. Disfrutenlo.

Petoulqui dijo...

Es interesante ver cómo de alguna manera cada blog al que me he vuelto aficionado (y decido incluir el de un servidor), de alguna manera refleja la personalidad de su autor/a.

Los chilenos seguramente dirían ante lo anterior: ¡obvio!, pero qué le voy a hacer, me gusta asombrarme ante estas pequeñeces.

Pienso que, en cuanto, al tesoro que han encontrado, Vds. conocen su valor que, ciertamente, está más allá de su costo.

Como dijo Skate, las cosas vienen a uno, o agrego yo, uno va a las cosas (y oigo resonar otra vez el, ¡obvio!).

Es un libre tránsito (que prefiero a libre mercado), una herencia, como creo que Vd. ha establecido en su relato.

mohervi dijo...

Se imaginan el valor intrínseco de esas cosas, toda una vida! Supongo que ese señor ha de haber fallecido, de lo contrario habría conservado eso que era tan valioso para él. Me parece una costumbre muy bonita y también pienso que mientras uno vive como que hay que empezar a deshacerse de muchas cosas que se guardan y que no se utilizan, y a lo mejor alguien las necesita. Esto es un buen ejemplo a seguir.

lusifergua dijo...

Muy típico de ti, la que se interesa por la persona que subyace tras todo lo material. Supongo que esa sensación va a permanecer cada vez que acudás a una venta de ese tipo, vas a querer saber un poco más acerca del propietario y casi nunca lo vas a conseguir.

Por otro lado, ahora que perdí muchos archivos de mi computadora que se vieron afectados por el virus inmundo, me di cuenta que en algún momento parece muy importante todo aquello que poseemos, pero lo realmente importante nunca nadie nos lo va a poder quitar.