viernes, 3 de octubre de 2008

Época de Huracanes: Ike v.4


Domingo 14 de septiembre

Pasamos todo el sábado conectando el generador algunas horas, para cocinar y estar pendientes de las noticias, que no eran alentadoras. Áreas como Gálveston, la Isla Bolívar y la playa Crystal quedaron destruídas. Nosotros todavía en el nor-oeste de Houston nos preguntábamos ansiosos qué había pasado en Clear Lake, o en Seabrook. Nuestros amigos que viven en "El jardín del mar" estaban atentos a escuchar noticias del área y nada. Hablaban de otras regiones y de lugares cercanos, pero no lo suficiente.

La electricidad no tardó en volver en Cypress, y por fin pudimos ver las primeras imágenes por televisión. Las noticias eran sobrecogedoras. Cuando decían que las autopistas estaban inundadas, que el acceso era peligroso no mentían. A mí me costaba creer que Houston, que se jacta y se enorgullece de sus autopistas había sido vencido por el huracán. Ver cómo las carreteras se convirtieron en ríos y las casas en islas me pareció impresionante.

Los vientos de Ike fueron tan poderosos, que se llevaron muchos de los símbolos que identifican a Houston nacional y mundialmente. La fuerza de Ike venció a edificios, como la torre Chase, que a pesar de su altura y construcción moderna, cedió sus ventanas y parte de su techo. Uno de los estadios más grandes de Houston (el Reliant Stadium), donde cada año acogen a millones de personas en sus eventos, también sufrió daños en el techo. El Johnson Space Center, no se salvó tampoco, con ventanas y techos por los suelos. La ciudad entera estaba herida, dejando a más de 2 millones de personas sin electricidad, incomunicados y con noticias devastadoras y alarmantes en televisión. El día gris y lluvioso todavía, mantenía el ambiente sombrío y callado.

Por la tarde tres de mis amigos decidieron lanzarse a la aventura de manejar por las autopistas y a pesar de las recomendaciones y prohibiciones, dirigirse a sus casas para asegurarse si había daños. De esa forma fue como obtuvimos las primeras fotografías tomadas por ellos.

El paisaje cambiaba por completo. El área de Clear Lake y Seabrook pasó de ser un área bien cuidada, con árboles y parques, a un área entre escombros, ramas y árboles caídos. El daño era impactante. Árboles que llevaban 20 años en pie habían sido arrancados de raíz y vencidos al suelo. Botes pesqueros fueron arrastrados por la corriente a las calles y en algunos casos las casas. Pocas eran las vallas publicitarias que permanecieron intactas y lugares como Kimah, (donde está la famosa "boardwalk bullet") permanecían cerrados entre el escombros y abandono.

Había poca gente en las calles y muchos policías controlando. En áreas como Seabrook no dejaban entrar a los vecinos debido al gran daño en el sector, causando más ansiedad y preocupación. Al final, una esperanza: "el jardín del mar" no estaba prohibido el paso y pudieron darse cuenta que los daños, por lo menos en la casa de nuestros amigos Tim y Vivan, eran menores. Es decir, habían árboles que impedían el acceso, pero ningún daño directo a la casa. Volvieron a Cypress pensando en regresar a Seabrook al día siguiente a probar suerte para que los dejasen entrar.

En el camino encontraron a una ciudad como la de Houston sin movimiento. Las autopistas vacías y en las áreas residenciales, las personas salían tímidamente de sus casas a limpiar sus jardines y sus patios. Al mismo tiempo el Presidente George W. Bush declaraba estado de emergencia desde Gálveston permitiendo que otros estados se involucraran en la reconstrucción de la ciudad, enviando miles de camiones y recursos humanos.

El huracán había dejado una gran ciudad por reconstruir, millones de personas sin electricidad y servicios básicos, y miles de personas desalojadas o sin dónde vivir. Mientras tanto, yo a 200km de distancia veía todavía por televisión las imágenes entre escombros. Todavía íbamos a pasar dos noches en Cypress y yo, me imaginaba de vuelta en el apartamento el martes por la noche, cuán equivocada estaba!

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