martes, 27 de mayo de 2008

Acampando (I)

Dado que el lunes se celebró "Memorial Day" y hubo feriado, Seba y yo decidimos salir de Houston en busca de un lugar lo suficientemente lejos e interesante para acampar y salir de la rutina.

Luego de considerar las opciones (Sonora, Padre Island, Brazos Bend, Guadalupe River) decidimos manejar hacia el sur de Texas y dirigirnos hacia Padre Island, que prometía ser interesante y relajante.

Habíamos hecho el plan para salir el viernes por la tarde, incluso Seba salió antes en el trabajo para partir pronto y estar en Corpus Christi (a media hora de la isla) a las 8pm. Hacían falta algunas cositas, y mientras elaborábamos una lista mental de lo que nos hacía falta (sacos de dormir y comida, por ejemplo) nos dimos cuenta que el tiempo iba avanzando rápidamente y para no correr ni manejar de noche (está oscureciendo a las 8:30) optamos por dirigirnos a comprar lo necesario, empacar y dejar todo listo para salir al día siguiente a las 6 de la mañana.

De la gran lista de lugares posibles para comprar implementos de "camping" nos decidimos por Academy que tiene un gran espacio dedicado a deportes, pesca, caza (por supuesto) y camping. Hay que considerar que el lunes iba a haber feriado que se traduce en fin de semana de ofertas, así que los rótulos de "compre! compre!" estaban en todos lados.

Entramos a la tienda decididos a mantenernos firmes a lo que íbamos: 2 sacos de dormir, una estufa portátil y ya. Fue imposible. Conforme avanzábamos veíamos nuevas "necesidades", como por ejemplo llantas de montaña para mi bicicleta para poder andar en la arena, una brújula, una cajita con utensilios plegables para cocinar, un encendedor, una hielera, los dos sacos de dormir, y al llegar a las estufas llegó más indecisión. La más barata era de gas propano que no nos convencía por los riesgos de mantener un tanque de gas comprimido en el auto caliente, luego había una que podía ser utilizada con gasolina o incluso alcohol etílico, u otro tipo de alcohol. Escogimos esa que, por ser la última nos hacían 50% de descuento y como no tenía tapa nos descontaron $4 más (correspondientes al precio de la tapa).

Al ir avanzando en los pasillos veíamos las distintas cosas que se venden para acampar que nos parecían demasiado exageradas, por ejemplo licuadoras portátiles, tostadores de pan, huevos deshidratados con tocino, refrigeradores portátiles, equipo de aire acondicionado operado con baterías...eso y más para tener las comodidades de una casa al acampar. En el viaje comprobamos que ese es uno de los estilos de acampar de aquí.

Cuando íbamos de salida nos imaginamos la playa con aguas cristalinas y tranquilas del Océano Atlántico y enfrente había unas ofertas de equipo para hacer snorkelling (buceo de superficie) en oferta. Quizá fue al revés vimos equipo para hacer snorkelling y nos imaginamos el agua cristalina y tranquila para observar, así que compramos dos sets.

Al salir nos dimos cuenta que, para variar, compramos más de lo que teníamos en mente y que aún nos faltaba comprar comida para el viaje y empacar. Nos apuramos y fuimos al supermercado donde repetimos casi la misma experiencia. Compramos fruta, sopas, pasta, pollo cocido (venden el pollo listo para calentar sin necesidad de refrigeración) y mucha agua y jugos.

Volvimos al apartamento a empacar y recordar que hacía falta meter en el carro el telescopio y las bicicletas para estar listos al día siguiente. Metimos el agua al congelador y algunas cosas en el refri para que se conservaran un día más. Antes de dormir nos percatamos que ya casi eran las 12 de la noche, definitivamente no habríamos salido a tiempo. Pusimos el reloj a las 6:30 (dándonos cuenta que íbamos a salir más tarde de lo previsto) y dormimos.

Al día siguiente sonó el despertador y luego de varios minutos de ocio, empezamos a bajar cosas al carro y a iniciar el recorrido. Nos esperaba un fin de semana en Padre Island...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Tanto compraron?? Para cuántos días?

Luisa F.S.C. dijo...

jajaja cuántas personas iban? El acampar es una experiencia diferente, entre menos comodidades uno lleve es mejor, hay menos impacto al medio ambiente y uno realmente borra cassette de "el sentirse citadino". NUNCA olviden las famosas swiss army con mil herramientas al mejor estilo McGiver, quién quita y se pueden hacer un ecoresort con la bendita navajita... jaja
Un Abrazo.

Petoulqui dijo...

Una crónica maravillosa, realmente. Ya me hacía falta leer los relatos de sus experiencias. Aún más, ésta coincide con otras lecturas que la complementan.

Espero la segunda parte.

Saludos,

Julio P.

BC dijo...

Wicha: íbamos sólo el Sebas y yo... Llevábamos dos navajitas swiss army (la mía y la de él). Hay que considerar que uno de los apodos del Seba cuando niño era McGiver (de hecho creo que debería seguir siéndolo), así que por navajas y linternas no nos preocupamos.

;)

BC dijo...

Julio: gracias por el comentario!