viernes, 25 de diciembre de 2009

Hacia Graz (Austria P.6)

Intentamos despertarnos temprano para aprovechar el día. Por ser invierno, la noche empieza a ser vista a las 4 de la tarde y si queremos aprovechar a caminar de día tenemos que levantarnos temprano. De todas formas nuestros esfuerzos fueron vanos. Luego de desayunar y conversar en la mesa salimos a las 10 am. Dos horas después de lo previsto. Las noches de tertulias no nos han estado haciendo bien.

Tomamos el carro y nos dirigimos a la autopista A2 que va rumbo a Graz. En el camino, casas de adera con techo de dos aguas nos acompañan. Las chimeneas encendidas y los alpes nmajestuosos todavía nevados están al fondo y una atmósfera más "calurosa" (2ºC) nos da la bienvenida. El cielo despejado y la nieve todavía en el suelo se derrite poco a poco.

Llegando a Graz lo primero que llamó mi atención es el gran estacionamiento para bicicletas. En general, las calles de Graz son angostas y existen muchas calles peatonales, lo que hace que varias personas se movilicen perfectamente en bicicleta. Lo increíble del centro de Graz es ver el contraste de los edificios antiguos con lo moderno de sus interiores. La forma como han conservado los edificios y han logrado adaptar a las necesidades actuales, es fabuloso.

El tranvía pasa por antiguas líneas de tren, las vitrinas son adaptadas de los marco de ventanas antiguas, los pasajes peatonales de ahora fueron usados en su tiempo con carruajes, en general la sociedad creció alrededor de sus edificios, sin destruirlos. No es inusual ver puertas del siglo XV, o edificios del siglo XVI con vitrinas de esta época. Es un contraste increíble.

Luego de caminar por las calles pudimos observar claramente el Schloßberg (que significa castillo montaña). Sin dudarlo, nos dirigimos hacia allá subiendo por rampas y escalones anchos, pues las escaleras normales estaban cerradas debido al invierno. En el camino nos rodeaban árboles de Tilo y algunas especies de robles. Fue increíble llegar a la punta y observar desde allí toda la ciudad. Más increíble fue aún darnos cuenta que arrendaban dos departamentos en lo que antes fue parte del castillo y había gente viviendo allí que tenía esta vista constantemente.

Encontramos un pozo turco antiguo, de aproximadamente 100m de altura y nos preguntábamos admirados cómo habrían hecho para construirlo. El reloj de la torre funcionaba exactamente y los jardines estaban cubiertos con ramas de pino, que protegían las flores sin dañar la estética visual. Cerca de la torre hay dos cafés y un restaurante, que invitan a turistas y comensales a disfrutar de la maravillosa vista acompañados de la comida de la temporada. Nosotros decidimos no comer allí sino bajar a continuar el recorrido.

Al retornar de Schloßberg nos encontramos con el mausoleo del emperador Ferdinand II y Maria Anna de Bavaria, opulento y majestuoso, como era de esperarse. Subimos al campanario, donde las campanas todavía se escuchan cada hora. Desde allí observamos de nuevo la belleza de la ciudad, los techos rojizos y la tranquilidad con que se veía Graz acompañada del invierno.

Al salir nos encontramos con una pastelería austriaca (EDEGGER), que ha mantenido abiertas sus puertas desde 1569. Nuestra naturaleza sibarita nos llamó hacia allá y por supuesto probamos los deliciosos pasteles que ofrecían sus adentros. No puedo explicar lo delicioso que fue ese Strudel porque la mezcla de estar sentada en una pastelería centenaria, en una ciudad tan fascinante fue la atmósfera perfecta para disfrutar las delicias de la región.

Con el estómago lleno seguimos caminando y caminando, hasta que sin querer la noche nos daba la bienvenida. La caminata nos llevó a la plaza pasando antes por varios callejones adornados con motivos navideños, pero de forma discreta y elegante. La gente, como en Leoben, se juntaba alrededor de la plaza a tomar vino caliente en compañía de galletas o wafles.

Finalizamos la noche en compañía de violines, que a lo lejos tocaban "noche de paz". Caminamos hacia donde habíamos estacionado el auto y emprendimos el viaje de regreso, no sin antes dar último vistazo a Graz y maravillarnos de su belleza.

La navidad era al día siguiente y pronto nos daríamos cuenta las diferencias culturales al celebrarla...

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