miércoles, 21 de noviembre de 2007

Kayaks


Hace más de un año Sebastián empezó a construir un kayak. Si, eso mismo, construir un kayak.
Lo diseñó perfectamente, hecho de barras de aluminio, cortado y ensamblado a mano. Si tuviera que promocionarlo diría que es "un kayak desarmable para llevarlo dentro de una mochila". No es sencillo armar uno (aunque Sebatián diga lo contrario), hay que tener la habilidad pare ello. Este kayak tiene las costillas de madera, las cuales fueron rediseñadas varias veces para darle el ángulo y soporte perfecto. Horas de horas fueron invertidas en el kayak hasta finalizar la armazón. El día que lo terminó Sebastián se tomó una foto frente al apartamento. Ya sólo faltaba la cubierta. El tiempo pasó y la armazón seguía en el garage... y llegó el verano, el momento ideal para utilizarlo, nada. El kayak seguía en el garage.

La verdad es que buscar la cubierta fue un poco difícil, después de un intento fallido y una prueba bastante chistosa (sobretodo para mí quien tomaba las fotos) y también frustrada ...nos dimos por vencidos. Digo "nos" porque yo era la encargada del "soporte y motivación" para concluirlo.

Las ganas de salir en kayak continuaron. Veíamos en el parque a jóvenes en sus kayaks remando tranquilamente y nuestras ganas aumentaban. Así fue como empezamos a cotizar en las tiendas. Hace dos semanas los vimos en oferta en un almacén deportivo y dijimos que esta era nuestra oportunidad. Fuimos a la tienda y dijimos: "estos!". Luego de la ardua tarea de subirlos al techo del auto bajo la lluvia, los llevamos a casa. Por fin pudimos andar en el arroyo que hay aquí cerca, vimos las gaviotas, los pájaros, sentimos la naturaleza y el aire fresco. Disfrutamos de un panorama distinto, más relajado, más natural.

Luego, bajó la marea y vino un frente frío.... Ahora los kayaks están el el garage.
Mientras tanto, seguimos en espera de un mejor tiempo, pero lo mejor sigue siendo esto: por fin tenemos kayaks!!

2 comentarios:

Petoulqui dijo...

Justamente hace unos días(noches) estaba leyendo un cuento de Hans Christian Andersen titulado "La Doncella de los Ventisqueros", y en el capítulo final los protagonistas navegan por un pequeño tramo de un río caudaloso en una pequeña lancha (no un kayak, ciertamente).

Esta entrada del blog me trajo reminiscencias de ello.

Supongo que porque nunca he pensado en subirme a un kayak o lancha que navegue por un río (caudaloso o no), el que alguien lo haga me parece una especie de aventura digna de las páginas de Andersen y, ¿por qué no?, hasta de Julio Verne.

Bonita entrada.

Unknown dijo...

Hola, quería saber que marca y modelo es el kayak que tienen sobre el coche, gracias