sábado, 23 de febrero de 2008

rastros de primavera

Últimamente he ido observando cómo poco a poco se acerca la primavera. Aquí en Clear Lake, son sólo algunos árboles los que se quedan sin hojas, sin embargo, el paisaje es de invierno. Hace frío por las mañanas y por las noches. A veces, hay vientos fuertes que limpian los cielos, volviéndolos azules o estrellados; otras, está nublado y gris. Los pájaros casi siempre silenciosos, los mapaches todavía hibernando; no se escuchan las ranas de verano ni se ven tantos venados pastando alrededor.

La verdad estamos en un lugar lleno de vida que está a simple vista, en medio de la urbanización y de la ciudad. No obstante, hay que tener los ojos abiertos y aprender a observar, porque entre el día a día se pasan estos detalles, estos pequeños cambios. Estar entre tanta vida es un contraste extraño pero hermoso. Sobretodo ahora que se empiezan a ver los rastros de primavera.

En mis viajes en bicicleta a la Universidad me he encontrado a varios cardinales. Son unos pájaros rojos que contrastan con las ramas secas de invierno y por eso es fácil distinguirles. Otras veces me encuentro a unos pájaros que cantan fuertísimo y creo que se llaman Bewicks Wren. Me encanta verlos para intentar aprender de ellos, sorprendentemente siempre tienen algo qué enseñarme. Admiro la forma como hacen sus nidos y el cuidado que tienen al ubicarlos; cómo van buscando rama por rama hasta hacer unas cunas perfectamente térmicas.

La primavera se aproxima, indudablemente. Los días van cambiando poco a poco, como recuperándose de un largo resfrío. Hay días como hoy que tienen una sensación clara de invierno: vientos fuertes, cielos grises, temperatura baja y grillos silenciosos. Mañana puede que amanezca distinto, con un cielo azul y un esbozo de sol asomándose tímidamente. Cada día tiene un olor y sensación más propia de primavera que de invierno.

Hoy me despertó un Bewik Wren a las 5 de la mañana, anidó cerca de nuestra ventana y pronto escucharemos también a las crías. Hace unos días llovía muy fuerte y a Sebas se le cruzaron en el camino unos mapaches que buscaban refugio o comida, lo cual quiere decir que también ellos han dejado de hibernar. Dentro de poco se empezarán a ver las flores más vistosas y el verde retornará a los paisajes. Son estas pequeñas señales las que le dan el preludio a la primavera.

Espero con ansias esos días en tonos azul y verdes; los prefiero a los días grises y cafés quizá porque me son más familiares. De cualquier forma, la primavera se acerca y yo estaré aquí disfrutándola desde el principio.

3 comentarios:

Sebas dijo...

Qué hermosa entrada!

Petoulqui dijo...

Parece "sehnsucht" de la eterna primavera.

Siga con el buen trabajo.

Atentamente,

Julio P.

Anónimo dijo...

Que linda descripción, pero lo más lindo es que esto no pase desapercibido para ti, el tener conciencia de lo que nos rodea es lo que hace la diferencia, pues mucha gente pasa sin percibir nada y eso es lo triste, vivir por vivir. Abrazote de osote,

Mum